¿Qué pasa si no cuidas tu suelo pélvico? Seguro que entre tu grupo de amigas, familiares o a través de los medios de comunicación habrás oído hablar de la importancia de cuidar el suelo pélvico para evitar problemas de incontinencia urinaria o descensos de órganos…, pero ¿sabes realmente qué es el suelo pélvico? y ¿cómo puede llegar a afectar en nuestro estilo de vida si no lo cuidamos correctamente?
En el post de hoy están las dudas más frecuentes resueltas y un montón de motivos para que cuidar de tu musculatura pélvica esté entre tus quehaceres diarios.
¿Qué es el suelo pélvico?
El suelo pélvico es un conjunto de músculos, fascias y ligamentos que cierran la pelvis en su parte inferior y que tiene como función: sostener los órganos que están el interior de la pelvis (vejiga, útero y recto), controlar los esfínteres uretral y anal, estabilizar las articulaciones lumbopélvicas (junto a la musculatura abdominal profunda) y además juega un papel muy importante en el placer sexual.
y bien… ¿Qué pasa si no cuidamos el suelo pélvico?
La consecuencia más frecuente y principal de descuidar esta parte de nuestro cuerpo es la debilidad de suelo pélvico. La falta tono y/o pérdida de fuerza de nuestra musculatura pélvica pueden ir asociadas a una pérdida de control de esfínteres tanto a nivel uretral como a nivel anal ocasionando escapes de orina (incontinencia urinaria) y/o escapes de gases (incontinencia fecal).
Aunque existen varios tipos de incontinencias urinarias, las más frecuente son la IUE (de esfuerzo) donde el escape va asociado a un aumento de presión intraabdominal como sucede al realizar deportes de impactos, toser, estornudar, levantar algún objeto pesado…; y la IUU (urgencia) que en este caso la pérdida se acompaña de un deseo imperioso de orinar.
Otra de las principales patologías que van asociadas a dicha debilidad son los prolapsos genitales, que significa el descenso de uno o más órganos de la cavidad pélvica (vejiga, útero, uretra o recto) hacia el exterior a través del conducto de la vagina o ano.
Además, la debilidad del suelo pélvico también puede ser el origen de muchas patologías a nivel lumbopélvico como lumbalgias, ciáticas, dolores pélvicos; y también esa falta de tono puede ser la causante (entre otros) de que nuestras relaciones sexuales resulten menos placenteras o que nuestros orgasmos sean menos intensos.
Y por supuesto no olvidemos que en muchas ocasiones somatizamos nuestro estrés, ritmo de vida, o experiencias traumáticas en nuestro periné provocando el efecto contrario: una hipertonía o lo que es lo mismo, un aumento exagerado e involuntario del tono muscular llegando a dificultar las relaciones sexuales con penetración y/o dolor durante o después de las relaciones sexuales (dispareunia).
Y ¿Cómo cuidar el suelo pélvico?
- Fortaleciendo la musculatura mediante la realización de ejercicios de kegel o con dispositivos intracavitarios como enna pelvic ball. La esfera vaginal de enna funciona a través de vibraciones que hacen que los músculos se contraigan involuntariamente reforzando su tonicidad.
- Una buena hidratación y una alimentación rica en frutas, fibras y verduras para evitar problemas como el estreñimiento y el sobrepeso.
- No olvides revisar tu suelo pélvico con un fisioterapeuta especialista si tienes pensado ser mamá, si ya has dado a luz o estás en la menopausia.
- ¡Practica deporte! Siempre es saludable, pero si te gustan los deportes de impactos o de fuerza, acude a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para que valore el estado de tu abdomen y periné y te ayude a fortalecer tus músculos (si fuera necesario) para evitar patologías de suelo pélvico a largo plazo.
Este artículo ha sido escrito por Elena Valiente, fisioterapeuta diplomada por la Universidad Europea de Madrid especialista en Suelo Pélvico.