Cómo saber que tu suelo pélvico está debilitado a estas alturas seguro que es más fácil que hace un año. Ya sabemos que existen pruebas inequívocas (como los escapes de orina) que nos hacen sospechar de que nuestro suelo pélvico no está en plena forma, pero no siempre resulta tan evidente, por eso en el post de hoy hablaremos de diferentes señales en las que sería conveniente visitar unx fisioterapeuta especializado en patologías de suelo pélvico para valorar el estado de vuestro periné. 

Señales que te llevan a la consulta del fisioterapeuta

  1. Sensación de peso en la vagina

Sentir peso en el interior de la vagina tras una actividad física o si pasas mucho tiempo de pie, podría ser un síntoma de pérdida de tono muscular y/o descenso de un órgano. 

Recordad que este síntoma no suele ser constante y que mejorará al tumbarnos o en días de menor actividad, pero no por eso debemos bajar la guardia, ya que si los descensos de órganos lo diagnosticamos en los primeros estadíos, la rehabilitación puede evitar que se agrave y no acabemos en una cirugía. 

2. Escapes de orina al realizar un esfuerzo

Hay muchas mujeres que no consultan a un profesional cuando las pérdidas de orina se producen de manera puntual al toser, saltar o estornudar… Piensan que entran dentro de la normalidad y que es un precio a pagar tras la maternidad o con la llegada de la menopausia. La incontinencia urinaria de esfuerzo no solo es un indicativo de debilidad de suelo pélvico, en muchas ocasiones es un indicador de sobrecarga en nuestro sistema de contención al realizar un esfuerzo. Estas pueden aparecer por sobrepeso, debilidad de la musculatura abdominal y/o falta de control voluntario en nuestros esfínteres.

 3. Escapes de orina antes de llegar al baño

Yo no tengo incontinencia, a veces se me escapan unas gotas porque retengo demasiado tiempo la orina”. Pues siento deciros, que estas pérdidas son un claro signo de debilidad de suelo pélvico. Los músculos del SP se encargan (entre otros) de cerrar el esfínter uretral y asegurar la continencia incluso con la vejiga llena, por eso en estos casos, fortalecer con ejercicios de kegel y aprender a controlar nuestros esfínteres en situaciones de estrés, podría ser de gran ayuda para paliarlo.

4. Orinar con demasiada frecuencia

Si orinas más de 8 veces al día y tu ingesta no supera los 2l/día puede que sufras de polaquiuria (necesidad de orinar muchas veces). 

Si es de manera puntual es muy probable que la causa sea una infección de orina,    pero si llevas meses o años así, quizás estamos ante un cuadro de Hiperactividad vesical y/o Urgencia miccional. 

En muchas ocasiones, el origen son malos hábitos adquiridos (orinar siempre antes de salir de casa con independencia del tiempo que te vayas ausentar), pero muchas veces este aumento sirve para enmascarar escapes de orina (IUE o IUU) cuando la vejiga está llena por debilidad de los músculos del suelo pélvico. 

(No olvidemos que también existen otras patologías como la diabetes mellitus que pueden ocasionar este cuadro de polaquiuria).

5. Los tampones y/o copas menstruales se salen de la vagina

Si durante la menstruación sientes que los tampones o copas menstruales salen  con facilidad de la vagina e incluso tienes dificultad para retenerlos y evitar que se caigan, es muy probable que tengas debilidad del suelo pélvico.

 6. Disminución de la sensibilidad en las relaciones sexuales.

Si durante las relaciones sexuales sientes menos placer y notas como si tu vagina se hubiera agrandado, puede que sufras de Hiperlaxitud vaginal. Esta consiste en la pérdida de tono de las paredes vaginales como consecuencia de la disminución del grosor de la mucosa y sobre todo de la debilidad de los músculos del suelo pélvico. 

Este síntoma suele aparecer en mayor o menor medida en mujeres que han tenido partos vaginales (sobre todo instrumentados ) y que no han hecho una buena recuperación postparto.

7. A veces me cuesta retener los gases

Al igual que sucede con la orina, si la debilidad de nuestro suelo pélvico es más importante en el periné posterior, esto puede afectar al esfínter anal ocasionando problemas para retener los gases e incluso las heces en los casos más graves. 

El estreñimiento crónico, los partos vaginales, las hemorroides, etc, pueden hacer que nuestro esfínter se debilite y perdamos la capacidad de retención.

Por eso, siempre aconsejamos visitar a un fisioterapeuta especializado si tenéis alguno de estos signos o síntomas, con independencia de la edad, de si has sido madre o estás alrededor de la menopausia… Acudir para saber el estado de tu suelo pélvico, puede prevenir o paliar posibles patologías y mejorar tu calidad de vida.

Este artículo ha sido escrito por Elena Valiente, fisioterapeuta diplomada por la Universidad Europea de Madrid especialista en Suelo Pélvico.

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