El estreñimiento y el suelo pélvico tienen una relación muy estrecha, por lo que si te cuesta ir al baño, este post es para ti. ¿Sabías que el estreñimiento crónico es una de las principales causas de debilidad de suelo pélvico y que aproximadamente un tercio de la población la padece?
¿Qué es el estreñimiento?
Se considera estreñimiento cuando:
- El número de deposiciones es inferior a tres veces por semana.
- Presentamos dificultad excesiva para expulsar las heces.
- Conseguimos evacuar mediante pujos o esfuerzos abdominales.
- La defecación resulta molesta/dolorosa y además puede ir acompañada de sensación incompleta de vaciado.
Las principales causas de este problema digestivo son: la falta de ejercicio, una dieta pobre en fibra, no ingerir líquidos suficiente, y algunos malos hábitos como retener las ganas de defecar fuera de casa.
¿Por qué y cómo afecta al suelo pélvico?
En el estreñimiento, el recto deja de ser un simple conducto por donde pasan las heces a convertirse en una zona de almacenamiento. Este acúmulo de heces en la ampolla rectal provoca un cambio de consistencia de las mismas, volviéndose más duras y dificultando el momento de la evacuación.
En el caso de que el estreñimiento se vuelve crónico, la ampolla rectal perderá el reflejo defecatorio (las ganas de ir al baño), disminuirá su capacidad contráctil y se modificará el ángulo ano rectal dificultando aún más la salida de las heces.
Por ende, el aumento de peso (por el acúmulo de heces) que debe soportar el periné y el sobreestiramiento excesivo de nuestro suelo pélvico en el momento de la defecación debido a los grandes esfuerzos y pujos en apnea que realiza la persona estreñida para expulsar las heces, supone un factor de riesgo muy importante para la salud de nuestro periné pudiendo ocasionar patologías tan frecuentes como: incontinencias, rectocele (descenso del recto a través de la vagina) o incluso prolapso rectal (descenso del recto a través del ano).
Además no debemos olvidar que el estreñimiento genera síntomas como: dolor abdominal, de cabeza y espalda, hinchazón abdominal, falta de apetito, hemorroides, lesiones en la mucosa anal… Que afectan y mucho a nuestra calidad de vida.
¿Cómo podemos prevenir y tratar el estreñimiento?
Aumentar la actividad física, una dieta rica en fibra con un correcto aporte hídrico, terapias como la gimnasia abdominal hipopresiva y aprender posturas y hábitos correctos de defecación pueden ser de gran ayuda para solucionar la base del estreñimiento.
Pero ya sabéis que es muy importante individualizar y estudiar a cada persona, por ello siempre recomendamos un enfoque multidisciplinar donde el nutricionista te guiará en la dieta que mejor se adapte a ti, el preparador físico te pautará los ejercicios más adecuados según tu estilo de vida y el fisioterapeuta te ayudará a mejorar las posibles secuelas que puedan existir como consecuencia del estreñimiento y mejorar las posturas y hábitos defecatorios para poder paliar el problema.
Este artículo ha sido escrito por Elena Valiente, fisioterapeuta diplomada por la Universidad Europea de Madrid especialista en Suelo Pélvico.