10 preguntas a la fisioterapeuta del suelo pélvico (el gran olvidado de la mujer)

Seguro que has oído hablar de que los abdominales hipopresivos son buenísimos para el suelo pélvico, pero, ¿qué es exactamente? ¿para qué sirve? ¿cómo lo ejercitamos? Todas esas preguntas que sobrevuelan nuestra mente y que nunca nos atrevemos a formular en alto te las resolvemos de la mano de una experta en la materia. Porque este conjunto de músculos es mucho más que algo relacionado (negativamente, seamos sinceras) con el mundo de las bolas chinas lo necesitas para más cosas de las que te imaginas.

Los tacones, el estreñimiento, las fumadoras, determinadas actividades físicas están deteriorando y debilitando nuestro suelo pélvico, ¿lo sabías? Para prevenir o sanar esta estructura muscular acudimos a una fisio del suelo pélvico, sí, sí, las hay especializadas en esta zona, imagínate si es importante. Elena Valiente, Fisioterapeuta especializada en Suelo Pélvico en la Clínica Duque de Sevilla: Ginecología y Fisioterapia de la Mujer, nos contesta todas esas dudas que nunca te atreves a formular, por vergüenza o no saber a quién.

1. ¿Por qué debemos cuidar el suelo pélvico?

Cumple unas funciones muy importantes en nuestro organismo y cuidar nuestro periné es esencial para un correcto control postural, asegurar la continencia urinaria y fecal, evitar una caída de los órganos pélvicos o simplemente para tener unas relaciones sexuales plenas.

2. ¿Por qué acudir a un fisioterapeuta del suelo pélvico?

Muchas son las mujeres que no saben identificar el periné y aún menos conocer que hábitos o prácticas le pueden estar perjudicando, y si a eso, además le añadimos que no han tenido hijos o no tienen pérdidas de orina, pueden pensar que ellas no padecen ningún problema.

Nosotros los fisioterapeutas especializados en suelo pélvico, realizaremos una historia detallada no solo descartando que no exista ninguna patología, sino que también tendremos en cuenta los factores de riesgo de esa paciente y el estado actual de su musculatura perineal y abdominal.

3. ¿Cuando debemos acudir ?

Ante el menor síntoma o sospecha de tenerlo, como por ejemplo : cuando se escapan las primeras gotas de orina, cuando las relaciones resultan molestas o por el contrario disminuye la sensibilidad de las mismas, si sientes que te cuesta más retener la orina, si acudes con más frecuencia de lo normal al baño (más de 8 micciones/dia), si se escapan los gases, etc.

  1. Antes del embarazo, para afrontar esta etapa con un buen tono de la musculatura perineal y abdominal.
  2. Durante el embarazo : en esta visita es fundamental proponer un plan de trabajo guiado y personalizado a la gestante para evitar disminuir los riesgos de lesiones del embarazo y parto.
  3. Revisión Postparto : Tras la cuarentena y una vez pasada sus revisiones ginecológicas oportunas.
  4. Menopausia o premenopausia.
  5. Tras cirugía pélvica.

4. Elementos que ponen en riesgo nuestro suelo pélvico.

Son varios los factores de riesgo que hacen que nuestro suelo pélvico se puede ver dañado. La obesidad, el embarazo, el parto, determinadas prácticas deportivas que impliquen ejercicios de impacto (como correr, saltar, abdominales hiperpresivos), la menopausia, el estreñimiento, el envejecimiento, el tabaquismo, la tos crónica, profesiones de larga estancia de pie.

5. Qué cosas no sabíamos que dañan nuestro suelo pélvico

Siempre pienso que la principal causa de deterioro de nuestro suelo pélvico es el total desconocimiento y por tanto falta de trabajo de esta zona, pero además de eso y de los factores que hemos mencionado anteriormente, existen otros que quizás desconocen.

  • El uso y abuso de los tacones: Cuando usamos tacones hace que se desplace nuestro centro de gravedad hacia delante, y para compensarlo aumentamos la curva lumbar (hiperlordosis), y por tanto redirigimos las presiones abdominales hacia la zona anterior del periné, siendo esta la más frágil.
  • Postura de defecación: Aunque el inodoro fue un gran invento, su diseño no es demasiado acertado. Cuando defecamos manteniendo un ángulo recto de 90º entre el tronco y las piernas, no conseguimos una correcta alineación de la ampolla rectal, por tanto, eso hará que tengamos que empujar para ayudar la evacuación, y esas hiperpresiones hacen que a la larga se debilite el SP y aumente el riesgo de padecer un prolapso rectal (o descenso del recto). Para solucionar esto, es tan fácil como colocar un taburete en los pies, e inclinar nuestro tronco un poco hacia delante para cerrar un poco más el ángulo.

6. Actividades físicas a evitar

Aunque en determinados momentos de la vida de una mujer, o en algunas patologías tengamos que restringir ciertas prácticas deportivas; decir que hay que evitar un deporte no me parece el término correcto teniendo en cuenta la de beneficios saludables y la de patologías que podemos prevenir gracias al ejercicio físico, por eso creo que este concepto tendríamos que cambiarlo y pensar lo contrario:

7. ¿Con qué prácticas deportivas tendré que hacer más hincapié en el cuidado de mi Suelo pélvico?

Pues con todas aquellas que impliquen impacto como correr, saltar, tenis, algunos bailes (como las danzas africacanas, el flamenco) hiperpresiones abdominales (como los abdominales clásicos o el levantamiento de peso).

8. Aquello que sí está recomendado

Cualquier actividad física que no implique impacto, y en especial aquellas donde conseguimos activar más la musculatura perineal durante su ejecución como es el caso de los Hipopresivos, Pilates o Yoga.

9. ¿Cómo prevenir su daño?

La mejor manera de prevenir las patologías de Suelo pélvico empieza desde una correcta y temprana información, y para eso, deberíamos quitarnos muchos tabúes, enseñar a reconocer y trabajar la musculatura perineal desde joven y por último, protocolizar las visitas con un especialista en suelo pélvico en periodos donde aumenta el riesgo de padecer lesiones como es el caso del embarazo, postparto y menopausia.

También puedes ejercitarlo, como nos comentan desde Enna Pelvic Ball (44,90 euros de venta en Farmacias y Parafarmacias), con esta pequeña bolita, Enna. Nos explican que «esta esfera vaginal de forma ovalada contiene en su interior una bola de acero inoxidable, en forma de diamante irregular y hexagonal, que vibra de intensamente colisionando con las paredes internas de la esfera exterior, provocando que la musculatura del suelo pélvico reaccione y se contraiga de forma inmediata e involuntaria. Gracias a la vibración de la esfera se encarga de mejorar el tono y la resistencia de la musculatura del suelo pélvico tipo I».

10. ¿Cómo identificar si empieza a estar débil?

Es cierto que la debilidad de Suelo Pélvico no siempre va acompañada de un síntoma tan evidente como es la Incontinencia Urinaria, pero sí que hay algunos síntomas o signos que nos pueden hacer sospechar que nuestro periné no está muy bien.

  • ¿Sientes que no retienes como antes los tampones?
  • ¿Notas algún escape de orina cuando realizas esfuerzo como estornudar, toser, saltar, etc?
  • ¿Te cuesta retener la orina justo antes de llegar al baño?
  • ¿Notas que desde hace un tiempo has aumentado mucho tu frecuencia urinaria?
  • ¿Ha disminuido la sensibilidad en tus relaciones sexuales?
  • ¿Tienes sensación de pesadez en la vagina?
  • ¿Notas que a veces sientes aire en el interior de la vagina?

11. ¿Cómo ejercitarlo? Ejercicios, trucos…

Aunque existen diferentes tratamientos que ayudar a fortalecer la musculatura del Suelo Pélvico como es el caso de la electroterapia, los hipopresivos, el pilates, etc, voy a explicar los más sencillos de hacer en casa.

Ejercicios de Kegel: si nunca los has practicado, tumbada boca arriba con piernas flexionadas, toma aire por la nariz llenando tu abdomen y pecho, y cuando expulses el aire por la boca imagina que quieres retener los gases y la orina a la vez, vigilando que no se contraigan los glúteos o las piernas.

Una vez que identifiques bien la musculatura os aconsejo realizarlo sentado y de pie.

Los ejercicios de kegel se realizan de dos maneras: contrayendo y relajando de rápidamente (1 segundo de contracción y 1 segundo de realajación ) y de manera lenta (4-6 segundos de contracción y 8-12 segundos de relajación).

Un truco; una vez que sepas realizar los Kegel correctamente acostúmbrate a contraer tu suelo pélvico antes de toser, estornudar o cargar un peso, e intenta hacer series cortas de ejercicios asociándolo a actividades de la vida cotidiana como, por ejemplo: en el ascensor, mientras te cepillas los dientes, cuando estés en el coche.

Esfera pélvica o bolas chinas: estas nos ayudarán a mantener el tono de la musculatura perineal. Debemos siempre utilizarlas de pie y de manera progresiva. Empezaremos el primer día con 5min e iremos aumentando de manera progresiva hasta mantenerlas 25-30 min. Prueba a utilizar Enna Pelvic Ball entre 20 y 30 minutos al día, durante la actividad cotidiana, y además combinarlos con ejercicios de Kegel o de contracción del músculo pubocoxígeo e hipopresivos para optimizar resultados.

12. Beneficios de un suelo pélvico en pleno rendimiento

Un buen suelo pélvico hará que tengamos una mejor calidad de vida. Mejorará nuestra postura y por tanto disminuimos el riesgo de padecer dolores de espalda, mejora la calidad de las relaciones sexuales y evitaremos tener patologías como los escapes de orina o descensos de órganos.

 

Cómo hacer ejercicios hipopresivos y fortalecer nuestro suelo pélvico, ¡desde casa!

Para enfrentarnos a nuestro suelo pélvico y aprender el verdadero fin de los abdominales hipopresivos hablamos con Elena Valiente, Fisioterapeuta especializada en la prevención y tratamiento de disfunciones del suelo pélvico (Clínica Duque de Sevilla. Calle del Duque de Sevilla, 16, Madrid).
En el vídeo aprendemos los ejercicios hipopresivos que nos ayudarán no solo a reducir centímetros de perímetro abdominal sino que, también, conseguiremos fortalecer nuestro suelo pélvico
 
Te estarás preguntando, ¿qué es el suelo pélvico del que no paramos de hablar?
 
«Es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. No es rígido es dinámico, se adapta al movimiento y a los cambios postura. Siempre manteniendo una adecuada tensión. Cuando se debilita, las estructuras que sostiene descienden y por lo tanto se altera su función», explican desde Enna.
Y, además, nos aclaran sus funciones: 
  1. Sujetar los órganos pélvicos como la vejiga, el útero y los intestinos.
  2. Prevenir la incontinencia. 
  3. Mejorar función sexual y la reproductiva.
 
Pero antes debes saber cómo cuidar nuestro suelo pélvico, para ello Elena Valiente nos explica qué debemos y qué no debemos hacer, además del deporte, en nuestro día a día para mantener esta zona en forma.  
Hábitos de vida para transformar el estado de nuestro suelo pélvico
Como en cualquier estilo de vida saludable, es muy importante la dieta y el ejercicio físico moderado. El sobrepeso debilita nuestra musculatura perineal, incrementando la probabilidad de padecer Incontinencias urinarias ( sobre todo de esfuerzo) y prolapsos o caída de órganos. El ejercicio físico mejora el tono de toda la musculatura a nivel general, incluyendo también la del suelo pélvico, y además nos ayuda a controlar el sobrepeso
Otro aspecto también muy importante a tener en cuenta, es ejercitar esta musculatura de manera consciente mediante los famosos ejercicios de Kegel. Una manera sencilla de hacerlos, es integrando estos ejercicios en nuestro día a día;  por ejemplo, realizar de 10 a 20 contracciones mientras esperamos a que se ponga en verde el semáforo, contraer nuestro suelo pélvico antes de toser o estornudar, etc. 
 
Otra opción es realizar ejercicios con una esfera que vibra (Enna pelvic ball, 44,90 €) y te ayuda a fortalecer el suelo pélvico y la musculatura de esta zona. Enna pelvic ball contrae los músculos de forma involuntaria porque produce movimientos que provoca un estímulo en nuestra musculatura, al contraerse de manera involuntaria con su vibración comenzamos a ejercitar esta zona. Posee un diseño en forma de diamante irregular que hace que vibre de forma más intensa colisionando con las paredes internas y haciendo que la musculatura reaccione, aumenta la circulación sanguínea, el tono muscular y la lubricación.
¿Que cosas podamos estar haciendo en nuestro día a día que puedan dañar nuestro suelo pélvico?
 
Son muchas las causas que pueden dañar el suelo pélvico y hay algunas que son más fáciles de evitar que otras, como por ejemplo:
  • El tabaco (la nicotina altera la síntesis del colágeno, provocando un deterioro del tejido que sostiene los órganos pélvico, y además las mujeres fumadoras suelen tener tos crónica provocando un aumento de presión en el periné cada vez que tosen).
  • El sedentarismo y el sobrepeso también son factores a evitar, Hay estudios que demuestran como mujeres obesas con IUE (incontinencia urinaria de esfuerzo) al bajar de peso, reducen considerablemente los escapes de orina. 
  • El uso excesivo de tacones; al llevar tacones modificamos nuestra báscula de la pelvis (anteversión pélvica) para reequilibrar nuestro centro de gravedad. Esto hace que las presiones abdominales recaigan más en la parte anterior del periné que es la zona menos reforzada. 
  • Algunos deportes impacto. Como hemos dicho antes, el deporte es imprescindible, pero hay algunos deportes con los que tenemos que tener especial cuidado, especialmente con aquellos que provoquen mucha hiperpresión abdominal ( abdominales clásicos tipo crunch, elevar las dos piernas a la vez, etc) e impactos ( saltar a la comba, tenis, running, etc).
  • El estreñimiento. Muchas mujeres estreñidas suelen tener prolapso rectal porque siempre empujan para poder defecar; por eso es muy importante mejorar la dieta rica en fibras y evitar que empujen mejorando la postura de defecación. Siempre tenemos que colocar nuestro pies encima de un taburete e inclinar el tronco ligeramente hacia delante para posicionar correctamente nuestra ampolla rectal y evacuar con menos dificultad.  
  • Retener demasiado tiempo la orina o por lo contrario orinar con demasiada frecuencia. En este caso sobre todo el problema lo sufre la vejiga.
 

¿Cómo usar las bolas chinas? Y otros elementos para ejercitar tu suelo pélvico

Ejercicios de Kegel, bolas chinas o hipopresivos. ¿Sabemos realmente para qué sirve cada tratamiento? ¿Están indicados para todo el mundo? ¿Existen algunas contraindicaciones? Elena Valiente, fisioterapeuta especializada en esta zona tan importante (e ignorada) de nuestra anatomía, nos da las claves de los tres métodos.

Bolas chinas

•​ ¿Qué son? Pese a su nombre, tienen origen en Japón, ya que las utilizaban las geishas para fortalecer la musculatura del suelo pélvico. El mecanismo suele estar formado por una o dos bolas, unidas por un cordón, en cuyo interior se encuentra otra bolita más pequeña. La vibración que produce el choque de esta bolita contra las paredes vaginales cuando la mujer está en movimiento provoca una contracción involuntaria y continua de los músculos, aumentando la circulación sanguínea, la lubricación y el tono muscular. Están recomendadas para cualquier mujer con debilidad perineal, incluso después del parto (pero con cuidado, dejando pasar la cuarentena y tras la visita de un fisioterapeuta especializado), en la menopausia y en mujeres que practiquen deportes de impacto.

 ¿Qué contraindicaciones tiene? No se deben utilizar durante el embarazo y el posparto inmediato, si existe aumento de tono muscular, dolor en la zona perineal, infecciones vaginales o de vejiga u órganos bajos o fuera de su eje.

 

•​ Manual de uso. Lo ideal es empezar por 10 minutos al día e ir aumentando hasta llegar a 20 o 30, durante la actividad cotidiana. Se pueden combinar con ejercicios de Kegel para optimizar los resultados. Para esterilizar las esferas, no hay que hervirlas pues dañaría el material del que están hechas, mejor, mira lo que indica el fabricante.

Ejercicios hipopresivos

•​ ¿Qué son? Es una técnica desarrollada en los años 80 por Dr. Marcel Caufriez en su búsqueda por conseguir un trabajo de la musculatura abdominal que no tuviera repercusiones negativas en el suelo pélvico. La clave de estos ejercicios está en la realización de posturas y movimientos en apnea, es decir, sin aire en los pulmones. Se trata de abrir las costillas al respirar y mantener esa posición durante un tiempo determinado.

 

•​ ¿Qué contraindicaciones tienen? Lo puede realizar cualquier mujer, salvo embarazadas o aquellas personas que sufren de hipertensión arterial o patologías inflamatorias intestinales (colon irritable, hernia de hiato, etc).

Manual de uso. Se deben realizar bajo la supervisión de un profesional, ya que al ser ejercicios muy técnicos, resulta muy fácil hacerlos mal y puede ser contraproducente. Para que te hagas una idea, lo primero que enseña el especialista es a adquirir una postura con la espalda estirada lo máximo posible. Durante la realización de estos ejercicios se debe echar hacia dentro la barbilla, como si se tuviese papada, lo que ayuda a estirar la columna vertebral. Tras esto, se debe tomar aire intentando mantener la postura, espirar profundamente y empezar de nuevo. Así hasta 3 veces, tras las que se descansa. Se repite el procedimiento en varias posturas.

Ejercicios de Kegel

•​ ¿Qué son? Consisten en contraer los músculos del suelo pélvico hacia arriba y hacia adentro durante unos segundos de forma voluntaria para fortalecer y tonificar la musculatura pélvica. Fueron ideados por el doctor Arnold Kegel en la década de los 40 para prevenir la incontinencia urinaria, sobre todo después del parto. Con el tiempo se ha descubierto que también pueden mejorar la función de sostén de las vísceras y aumentar el placer sexual.

 

•​ ¿Qué contraindicaciones tienen? No están indicados en los casos de exceso de tono de esta musculatura, como podrían ser las mujeres que sufren vaginismo y algunas dispareunias (dolor durante las relaciones sexuales).

Manual de uso. Ejercitar unos músculos que ni siquiera sabes que están ahí, es difícil, pero no imposible. El primer paso es saber identificarlos. ¿Cómo? Pues la manera más sencilla consiste en detener el flujo de la orina cuando vas al baño. Sin embargo, este método es solo para encontrar el lugar donde se ejerce la presión. Jamás debes realizar ejercicios de Kegel mientras estás comulgando con la naturaleza puesto que puedes conseguir el efecto contrario y debilitar la zona. Apretar esos músculos (cuando ya no estés en el baño) durante 5 segundos y relajarlos durante 10 puede ser una buena forma de empezar a ejercitarlos.

Enna pelvic ball

La única esfera vaginal con tecnología diamond que estimula la musculatura pélvica a través de las vibraciones. Además, es un instrumento ideal para conocer de forma inmediata el tono: si tras colocarla, la esfera desciende, el nivel de tonicidad es bajo. Y si lo hace, pero solo durante la utilización, la tonicidad es media y/o buena. Antes de utilizarla por primera vez, es importante que la mujer realice una valoración perineal con un fisioterapeuta especializado en patologías del suelo pélvico y descartar que no exista ninguna contraindicación.

 

El peligroso efecto secundario y poco conocido de ir al baño ‘por si acaso’

De niña, antes de salir de casa recuerdo que mi madre siempre nos repetía a mi hermana y a mí aquello de ‘¿habéis pasado por el baño? Que luego no sabemos cómo estarán’. Daba igual que solo fuéramos de compras, o a un bar o de viaje. Había que hacer un pis ‘por si acaso’. Aún hoy sigo pasando por el baño antes de abandonar la oficina, mi casa o algún otro lugar de wc seguro. Lo que no sabía mi pobre madre – y yo desconocía hasta que me crucé con la fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, Elena Valiente – es que ese hábito tan femenino equivale a comprar papeletas para acabar con la temida incontinencia urinaria.

Una persona sana acude al baño a hacer aguas menores entre 7 y 8 veces cada 24 horas. Nuestra vejiga está preparada para aguantar entre cada visita al servicio sin mayores problemas, salvo que nos dé por beber demasiado líquido. A poco que haya 150 o 200 mililitros ya notaremos ganas. Pero hasta que no contenga 400 o 500 mililitros podemos aguantar sin estar incómodas. A partir de ahí, es mejor ir pensando en ir al baño para no generar otros problemas de salud.

 

Si nunca se llena, cada vez retiene menos

 

¿Qué hay de malo en poner el contador de la vejiga a cero con relativa frecuencia? “Que se acostumbra a retener poco. Cuando la vacías con demasiada frecuencia acabas por modificar su capacidad. Es un órgano con capacidad de estirarse a medida que se va llenando. Si no dejas que se llene lo suficiente, pierde esa capacidad de agrandarse y cada vez manda antes al cerebro la señal de miccionar. Es entonces cuando sientes una incontenible necesidad de ir al baño”. Lo curioso es que llegas y solo salen unas gotas, pero en tu cabeza la sensación era de auténtico torrente. Puede incluso que cuando llegues al baño ya haya habido alguna incómoda fuga porque la vejiga no es capaz de retenerla.

A esta urgencia se la conoce con el término de vejiga hiperactiva. No es la única explicación para esta patología. Puede haber otras razones clínicas, como una cistitis, problemas del suelo pélvico o, sencillamente, estar en los últimos meses de embarazo y que el útero presione sobre la vejiga. Son circunstancias que no podemos controlar. En cambio, sí podemos evitar los malos hábitos y lo de visitar el baño ‘por si acaso’ es uno de ellos. “Casi todas las mujeres hacemos o hemos hecho esto durante mucho tiempo porque así nos lo enseñan desde pequeñas. Unas veces es por temor a que el baño esté sucio. O porque entramos en una reunión que lo mismo se alarga. O vamos a viajar y no sabemos cuándo habrá una parada para ir al baño. Vaciamos del todo la vejiga, aunque no hubiéramos notado la necesidad, solo ‘por si acaso’. Siento llevar la contraria a nuestras madres, pero no hay que hacerlo. Es comprar papeletas para tener pequeñas pérdidas de orina de forma prematura”.

Aguantar mucho, tampoco

Retener el deseo de ir al baño tampoco es buena idea. “Podrías producir un sobreestiramiento del músculo detrusor de la vejiga. Es la capa de músculo liso que recubre la pared de la vejiga urinaria y que se contrae de forma consciente cada vez que queremos orinar. Si pierde esa capacidad de contracción, podríamos tener problemas para evacuar el líquido de su interior”. Otra de las consecuencias es que aumenta el riesgo de infecciones en los riñones o en la propia vejiga.

Esta experta aclara que acudir al servicio con demasiada frecuencia no causa problemas en el suelo pélvico. «Pero con la edad, si aparecen, la vejiga hiperactiva podría sumarse a la incontinencia que ya de por sí genera un suelo pélvico debilitado. Para evitar que esa parte de nuestra anatomía se debilite, conviene practicar los ejercicios de Kegel o algún tipo de gimnasia fortalecedora, con bolas chinas u otro tipo de estimuladores de uso doméstico».

La oferta de este tipo de objetos es cada vez más variada. Algunos, incluso con tecnología inteligente y mucho diseño. Se venden en farmacias, parafarmacias y hasta en perfumerías.

¿Por qué sigue siendo un tabú la incontinencia urinaria?

Los últimos lanzamientos de enna (una bola pélvica y un complemento alimenticio) están enfocados en el fortalecimiento del suelo pélvico y el control de la incontinencia urinaria de forma efectiva

 

La cuarta ola de feminismo no solo trae términos como la sororidad, con ella llega la ruptura de tabúes como la masturbación femenina, el periodo y ahora también la incontinencia urinaria. En la presentación de las novedades de productos -un complemento alimenticio y una bola pélvica- de la marca española enna tuvimos la oportunidad de conocer de cerca los problemas de incontinencia urinaria que preocupan a las mujeres (y a muchos hombres también).

La fisioterapeuta y especializada en suelo pélvico Elena Valiente aseguró que «todas las patologías de suelo pélvico siguen tiendo tabú y la incontinencia urinaria es una de ellas». Según la OMS, la incontinencia urinaria se define como «la pérdida involuntaria de orina que condiciona un problema higiénico y/o social, y que puede demostrarse objetivamente». La experta añade que limita la calidad de vida y altera la autoestima.

Elena Valiente ofreció ejemplos de cómo quiénes sufren de incontinencia urinaria justifican con diferentes argumentos por qué les ocurre. Como si fuera «lo normal», «porque han aguantado demasiado» o el denominado síndrome de «la llave en la puerta».

Cuándo aparece y por qué

La incontinencia urinaria puede aparecer a cualquier edad y llega a afectar a 1 de cada 4 mujeres. El ciclo reproductivo de la mujer (embarazo, parto y menopausia) es una de las principales causas de la debilitación del suelo pélvico lo que desemboca en una pérdida de la capacidad de control del esfínter de la uretra. Otras causas pueden ser los deportes de alto impacto o saltos, la genética y la cirugía ginecológica.

Los tipos de incontinencia urinaria que existen son la de esfuerzo (al estornudar, hacer ejercicio…), la de urgencia (o vejiga hiperactiva) y la mixta. ¿Realmente es un tabú? El dato lo hace evidente: 49 millones de europeos sufren de vejiga hiperactiva y 44 millones no acuden al médico. En España el 22% de las personas de más de 40 años sufre de esta patología.

¿Qué es la vejiga hiperactiva?

Según explicó Elena Valiente se puede identificar por la urgencia de orinar acompañada de incontinencia de urgencia (escape involuntario), polaquiuria (más de 8 micciones al día) y nicturia (levantarse más de una vez para orinar por la noche).

Entre las causas que pueden provocarla están los malos hábitos entre las mujeres jóvenes. «Nos anteponemos al deseo de micción y la vejiga se va volviendo más pequeñita», explicó. También puede causarla una dieta excesivamente hídrica, abuso de bebidas diuréticas o excitantes, infecciones o inflamaciones de vejiga, cálculos vesicales, algunas enfermedades neurológicas, cirugías pélvicas, ciertos medicamentes diuréticos, infecciones del tracto urinaurio, etc.

«Al ser acciones cotidianas, la incontinencia urinaria condiciona el ritmo de vida habitual de las mujeres que no pueden controlar su esfínter y provoca incluso la reclusión de éstas en casa ante la imposibilidad de controlar si tendrán un lavabo cerca», aseguran desde Enna.

¿Qué es una bola pélvica?

enna pelvic ball

Ejercitar el suelo pélvico es esencial para el control de la vejiga. La enna Pelvic Ball (44,90 euros y a la venta en farmacias) es un producto sanitario diseñado en España con material de grado médico que ayuda a fortalecer el suelo pélvico de la mujer. Su esfera vaginal ovalada para una fácil inserción, contiene en su interior una bola de acero inoxidable en forma de diamante irregular y hexagonal, que vibra intensamente y colisiona con las paredes internas de la esfera exterior.

Esto provoca que la musculatura del suelo pélvico reaccione y se contraiga de forma inmediata e involuntaria. Gracias a esta vibración, la esfera se encarga de mejorar el tono y la resistencia de la musculatura del suelo pélvico. Además, aumenta la circulación sanguínea, la lubricación y reduce la incontinencia urinaria de esfuerzo, aquella resultante de hacer trabajar más la vejiga como toser, reír o estornudar.

La experta recomienda que la primera vez se use tumbada y después de pie y en movimiento. «Lo ideal es que se quede sujeta, notar el peso pero que no se caiga. Si al andar la esfera desciende o sale un poco, estaríamos ante un suelo pélvico debilitado. Si se cae por completo, el problema es más serio y puede ir asociado a suelo pélvico distendido».

El uso de enna Pelvic Ball debe ser gradual de 5 en 5 minutos, hasta una media de 20-30 minutos al día y hasta máximo de una hora. Además, para una mayor efectividad debe combinarse con ejercicios de Kegel o de contracción del músculo pubocoxígeo e hipopresivos para optimizar resultados. Y es importante, usarla siempre sincronizándonos con nuestra respiración.

Se recomienda el uso de enna Pelvic Ball a mujeres post parto y período de embarazo previa consulta de su ginecólogo para descartar alguna anomalía. Mujeres en período de menopausia, con problemas de incontinencia y que realizan deporte de alto impacto. A este lanzamiento se suma un complemento alimenticio (cápsulas) llamado enna urine (43,95 euros) a base de GABA, especies vegetales, aceite de pescado rico en Omega 3, Rutina y Vitaminas. Ademas, por cada unidad vendida de estos productos, se destina un euro a la asociación española contra el cáncer.

Sobre el suelo pélvico

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos en forma de hamaca que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su función principal es sostener los órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) en la posición adecuada. De ello depende su normal funcionamiento, aunque también asegura la continencia urinaria, ayudar a la etapa expulsiva del parto, y actúa junto con otros músculos en la estabilidad lumbar entre otras cosas, siendo fundamental también para la postura. «Es un músculo dinámico, no rígido, que se adapta al movimiento y a los cambios de postura, por eso muchas veces se daña sin que seamos conscientes. Siempre debe mantener una adecuada tensión», explican desde enna.

¿Cuándo acudir a una valoración de suelo pélvico?

Acudir a una valoración del suelo pélvico no suele estar entre las citas médicas de nuestras agendas. Normalmente, cuando nos duele un diente no dudamos en pedir hora en el dentista o si empezamos a ver mal, nos acercamos al oftalmólogo para que nos indique si necesitamos unas gafas nuevas. 

Es posible que los síntomas que no indican que debemos visitar un médico en concreto sean más evidentes son reconocibles que aquellos que afectan al suelo pélvico. 

Señales de que necesitas una valoración del suelo pélvico 

  • En el caso de los hombres necesitan una valoración de su musculatura pélvica antes y después de una cirugía prostática, si tiene problemas urinarios y/o disfunciones sexuales como problemas de erección.
  • En el caso de los menores, deben acudir al especialista en suelo pélvico si tienen escapes de orina por la noche con más de 7 años de edad (enuresis o incontinencia urinaria nocturna), encopresis infantil (o incontinencia fecal) o estreñimiento crónico. Las revisiones en menores siempre serán en presencia de un adulto y nunca se realizará exploraciones intracavitarias.
  • En el caso de las mujeres las señales de que has de acudir a una valoración en el suelo pélvico suelen ser más evidentes:

o   En la adolescencia para aprender a identificar su suelo pélvico, resolver dudas en la colocación de un tampón o copa menstrual, cuando comienzan a mantener relaciones sexuales, si tienen dolores mesntruales, etc.

o   Si existen factores de riesgo como: la obesidad, deportes de impacto, uso prolongado de tacones, el estreñimiento crónico, tabaquismo, enfermedades pulmonares que conlleven tos crónica, profesiones donde se manejan pesos o músicos que tocan instrumentos de viento.

o   Antes del embarazo, para preparar nuestra musculatura perineal y abdominal y minimizar los factores de riesgo del embarazo y parto.

o   Tras el parto o cesárea, para valorar la integridad y competencia de nuestro abdomen y suelo pélvico y paliar los síntomas más asociados a este proceso como es el caso de las incontinencias, episiotomías dolorosas, diástasis abdominales, etc.

o   En la menopausia, ya que los cambios hormonales que sufre la mujer en esta etapa aumentan el riesgo de padecer patologías tipo incontinencias urinarias, prolpasos genitales, dispareunias (dolor durante o después de la penetración).

o   Diástasis abdominales y debilidad de la faja abdominal.

o   O si tienes cualquier signo o síntoma como:

  1. Dolor lumbar o lumbopélvico crónico,
  2. Dificultad para mantener relaciones sexuales, dispareunia o dolor postcoital.
  3. Disminución de la sensibilidad en las relaciones sexuales.
  4. Sensación de peso en el interior de la vagina y /o bulto que sale del orificio de la vagina y/o ano.
  5. Dificultad o incapacidad para retener los tampones y/o copas menstruales.
  6.  Acudir al baño más de 8 veces/día, dificultad para vaciar la vejiga o sensación de vaciado completo. Nicturia o levantarse 2 o más veces por la noche para orinar.
  7. Escapes de orina, gases y/o heces.
  8. Dolor pélvico
  9. Etc.

La valoración de suelo pélvico no solo es para aquellas mujeres que han tenido un parto, o que están en la menopausia, la valoración de suelo pélvico debería ser algo tan natural como ir al ginecólogo o médico de cabecera para tomar conciencia de nuestro periné, minimizar factores de riesgo, paliar los posibles síntomas y sobre todo mejorar nuestra calidad de vida. A partir de las valoración, cada persona necesitará un tipo de trabajo específico para conseguir un suelo pélvico saludable. 

Este artículo ha sido escrito por Elena Valiente, fisioterapeuta diplomada por la Universidad Europea de Madrid especialista en Suelo Pélvico.

¿Qué pasa si no cuidas tu suelo pélvico?

¿Qué pasa si no cuidas tu suelo pélvico? Seguro que entre tu grupo de amigas, familiares o a través de los medios de comunicación habrás oído hablar de la importancia de cuidar el suelo pélvico para evitar problemas de incontinencia urinaria o descensos de órganos…, pero ¿sabes realmente qué es el suelo pélvico? y ¿cómo puede llegar a afectar en nuestro estilo de vida si no lo cuidamos correctamente?

En el post de hoy están las dudas más frecuentes resueltas y un montón de motivos para que cuidar de tu musculatura pélvica esté entre tus quehaceres diarios. 

¿Qué es el suelo pélvico?

El suelo pélvico es un conjunto de músculos, fascias y ligamentos que cierran la pelvis en su parte inferior y que tiene como función: sostener los órganos que están el interior de la pelvis (vejiga, útero y recto), controlar los esfínteres uretral y anal, estabilizar las articulaciones lumbopélvicas (junto a la musculatura abdominal profunda) y además juega un papel muy importante en el placer sexual.

y bien… ¿Qué pasa si no cuidamos el suelo pélvico?

La consecuencia más frecuente y principal de descuidar esta parte de nuestro cuerpo es la debilidad de suelo pélvico. La falta tono y/o pérdida de fuerza de nuestra musculatura pélvica pueden ir asociadas a una pérdida de control de esfínteres tanto a nivel uretral como a nivel anal ocasionando escapes de orina (incontinencia urinaria) y/o escapes de gases (incontinencia fecal). 

Aunque existen varios tipos de incontinencias urinarias, las más frecuente son la IUE (de esfuerzo) donde el escape va asociado a un aumento de presión intraabdominal como sucede al realizar deportes de impactos, toser, estornudar, levantar algún objeto pesado…; y la IUU (urgencia) que en este caso la pérdida se acompaña de un deseo imperioso de orinar.

Otra de las principales patologías que van asociadas a dicha debilidad son los prolapsos genitales, que significa el descenso de uno o más órganos de la cavidad pélvica (vejiga, útero, uretra o recto) hacia el exterior a través del conducto de la vagina o ano.

Además, la debilidad del suelo pélvico también puede ser el origen de muchas patologías a nivel lumbopélvico como lumbalgias, ciáticas, dolores pélvicos; y también esa falta de tono puede ser la causante (entre otros) de que nuestras relaciones sexuales resulten menos placenteras o que nuestros orgasmos sean menos intensos

Y por supuesto no olvidemos que en muchas ocasiones somatizamos nuestro estrés, ritmo de vida, o experiencias traumáticas en nuestro periné provocando el efecto contrario: una hipertonía o lo que es lo mismo, un aumento exagerado e involuntario del tono muscular llegando a dificultar las relaciones sexuales con penetración y/o dolor durante o después de las relaciones sexuales (dispareunia). 

Y ¿Cómo cuidar el suelo pélvico?

  1. Fortaleciendo la musculatura mediante la realización de ejercicios de kegel o con dispositivos intracavitarios como enna pelvic ball. La esfera vaginal de enna funciona a través de vibraciones que hacen que los músculos se contraigan involuntariamente reforzando su tonicidad. 
  2. Una buena hidratación y una alimentación rica en frutas, fibras y verduras para evitar problemas como el estreñimiento y el sobrepeso. 
  3. No olvides revisar tu suelo pélvico con un fisioterapeuta especialista si tienes pensado ser mamá, si ya has dado a luz o estás en la menopausia.
  4. ¡Practica deporte! Siempre es saludable, pero si te gustan los deportes de impactos o de fuerza, acude a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para que valore el estado de tu abdomen y periné y te ayude a fortalecer tus músculos (si fuera necesario) para evitar patologías de suelo pélvico a largo plazo.

Este artículo ha sido escrito por Elena Valiente, fisioterapeuta diplomada por la Universidad Europea de Madrid especialista en Suelo Pélvico.

Cómo saber que tu suelo pélvico está debilitado

Cómo saber que tu suelo pélvico está debilitado a estas alturas seguro que es más fácil que hace un año. Ya sabemos que existen pruebas inequívocas (como los escapes de orina) que nos hacen sospechar de que nuestro suelo pélvico no está en plena forma, pero no siempre resulta tan evidente, por eso en el post de hoy hablaremos de diferentes señales en las que sería conveniente visitar unx fisioterapeuta especializado en patologías de suelo pélvico para valorar el estado de vuestro periné. 

Señales que te llevan a la consulta del fisioterapeuta

  1. Sensación de peso en la vagina

Sentir peso en el interior de la vagina tras una actividad física o si pasas mucho tiempo de pie, podría ser un síntoma de pérdida de tono muscular y/o descenso de un órgano. 

Recordad que este síntoma no suele ser constante y que mejorará al tumbarnos o en días de menor actividad, pero no por eso debemos bajar la guardia, ya que si los descensos de órganos lo diagnosticamos en los primeros estadíos, la rehabilitación puede evitar que se agrave y no acabemos en una cirugía. 

2. Escapes de orina al realizar un esfuerzo

Hay muchas mujeres que no consultan a un profesional cuando las pérdidas de orina se producen de manera puntual al toser, saltar o estornudar… Piensan que entran dentro de la normalidad y que es un precio a pagar tras la maternidad o con la llegada de la menopausia. La incontinencia urinaria de esfuerzo no solo es un indicativo de debilidad de suelo pélvico, en muchas ocasiones es un indicador de sobrecarga en nuestro sistema de contención al realizar un esfuerzo. Estas pueden aparecer por sobrepeso, debilidad de la musculatura abdominal y/o falta de control voluntario en nuestros esfínteres.

 3. Escapes de orina antes de llegar al baño

Yo no tengo incontinencia, a veces se me escapan unas gotas porque retengo demasiado tiempo la orina”. Pues siento deciros, que estas pérdidas son un claro signo de debilidad de suelo pélvico. Los músculos del SP se encargan (entre otros) de cerrar el esfínter uretral y asegurar la continencia incluso con la vejiga llena, por eso en estos casos, fortalecer con ejercicios de kegel y aprender a controlar nuestros esfínteres en situaciones de estrés, podría ser de gran ayuda para paliarlo.

4. Orinar con demasiada frecuencia

Si orinas más de 8 veces al día y tu ingesta no supera los 2l/día puede que sufras de polaquiuria (necesidad de orinar muchas veces). 

Si es de manera puntual es muy probable que la causa sea una infección de orina,    pero si llevas meses o años así, quizás estamos ante un cuadro de Hiperactividad vesical y/o Urgencia miccional. 

En muchas ocasiones, el origen son malos hábitos adquiridos (orinar siempre antes de salir de casa con independencia del tiempo que te vayas ausentar), pero muchas veces este aumento sirve para enmascarar escapes de orina (IUE o IUU) cuando la vejiga está llena por debilidad de los músculos del suelo pélvico. 

(No olvidemos que también existen otras patologías como la diabetes mellitus que pueden ocasionar este cuadro de polaquiuria).

5. Los tampones y/o copas menstruales se salen de la vagina

Si durante la menstruación sientes que los tampones o copas menstruales salen  con facilidad de la vagina e incluso tienes dificultad para retenerlos y evitar que se caigan, es muy probable que tengas debilidad del suelo pélvico.

 6. Disminución de la sensibilidad en las relaciones sexuales.

Si durante las relaciones sexuales sientes menos placer y notas como si tu vagina se hubiera agrandado, puede que sufras de Hiperlaxitud vaginal. Esta consiste en la pérdida de tono de las paredes vaginales como consecuencia de la disminución del grosor de la mucosa y sobre todo de la debilidad de los músculos del suelo pélvico. 

Este síntoma suele aparecer en mayor o menor medida en mujeres que han tenido partos vaginales (sobre todo instrumentados ) y que no han hecho una buena recuperación postparto.

7. A veces me cuesta retener los gases

Al igual que sucede con la orina, si la debilidad de nuestro suelo pélvico es más importante en el periné posterior, esto puede afectar al esfínter anal ocasionando problemas para retener los gases e incluso las heces en los casos más graves. 

El estreñimiento crónico, los partos vaginales, las hemorroides, etc, pueden hacer que nuestro esfínter se debilite y perdamos la capacidad de retención.

Por eso, siempre aconsejamos visitar a un fisioterapeuta especializado si tenéis alguno de estos signos o síntomas, con independencia de la edad, de si has sido madre o estás alrededor de la menopausia… Acudir para saber el estado de tu suelo pélvico, puede prevenir o paliar posibles patologías y mejorar tu calidad de vida.

Este artículo ha sido escrito por Elena Valiente, fisioterapeuta diplomada por la Universidad Europea de Madrid especialista en Suelo Pélvico.

¿Hay una edad para recuperar el suelo pélvico?

¿Hay una edad para recuperar el suelo pélvico? Es cierto que la rehabilitación de suelo pélvico está más extendida entre las mujeres que acaban de dar a luz o inmediatamente después de la menopausia, pero ¿qué sucede con aquellas que ya han pasado por estas etapas y tienen síntomas tan frecuentes como la urgencia miccional, pérdidas de orina, dificultad para retener los gases, sensación de peso en el interior de la vagina, o molestias en las relaciones sexuales?

Siempre es buen momento para adquirir nuevos hábitos y mejorar nuestra calidad de vida. Tomar conciencia del suelo pélvico y querer fortalecerlo siempre es posible con independencia de la edad; así que como dice el refrán: “Nunca es tarde si la dicha es buena”.

Sabemos que la edad es un factor de riesgo importante en el suelo pélvico, no sólo por los cambios hormonales o posibles embarazos y partos que haya podido tener la mujer, sino por el deterioro propio de los tejidos. La producción de colágeno y elastina ha disminuido haciendo que nuestros tejidos se vuelvan más frágiles y perdiendo capacidad de sostén, pero eso no puede ser una excusa para no querer tratar el suelo pélvico, la musculatura siempre se puede fortalecer y mejorar nuestros síntomas con independencia de la edad que tengas.

 

Escapes de orina y suelo pélvico débil

Quizás unas de las patologías más frecuentes de suelo pélvico entre las mujeres de edad avanzada son la urgencia miccional y el aumento de la frecuencia urinaria. 

Y aunque sabemos que estos problemas urinarios disminuyen y mucho nuestra calidad de vida, se ha normalizado de tal manera que se tiende a asumir como uno de los precios más a pagar en la edad adulta. 

No descansar bien por las noches porque te despierten las ganas de orinar (nicturia), programar y limitar tus salidas para no tener que pasar mucho tiempo sin ir a un baño, disminuir la ingesta de líquidos para no tener escapes… Sabemos que no puede ser normal. 

La incontinencia urinaria, las infecciones de repetición, la dificultad para retener los gases o sentir continuamente un peso en el interior de la vagina son muchos de los síntomas que podemos mejorar a través de la rehabilitación, ¿por qué seguir sufriendo en silencio?

Te aconsejamos que antes de empezar un tratamiento, acudas a un centro especializado para hacer un correcto diagnóstico y descartar posibles causas orgánicas o problemas cognitivos (como demencias, enfermedades neurológicas) que limiten o contraindiquen un tratamiento rehabilitador. El profesional te indicará cómo debes recuperar tu suelo pélvico y te enseñará si es necesario a realizar ejercicios de Kegel o a usar la bola pélvica.

A través de la reeducación no solo conseguirás fortalecer la musculatura perineal para aumentar la resistencia de los esfínteres uretral y anal, sino que además podrás modificar aquellos malos hábitos adquiridos con el paso del tiempo como puede ser el aumento exagerado de la frecuencia urinaria, el estreñimiento, las posturas incorrectas de defecación, etc. que tanto afectan a nuestro suelo pélvico.

Así que, si tras leer este post quieres mejorar o corregir tus escapes de orina, aliviar síntomas tan molestos como el picor, sequedad vaginal, mejorar la calidad de tus relaciones sexuales, prevenir el descenso de órganos, controlar el escape de gases,…en definitiva, sentirte más segura y mejorar tu calidad de vida.

Tener una buena salud, no solo es cuestión de edad, sino de actitud. 

Este artículo ha sido escrito por Elena Valiente, fisioterapeuta diplomada por la Universidad Europea de Madrid especialista en Suelo Pélvico.

Estreñimiento y suelo pélvico ¿Qué relación tienen?

El estreñimiento y el suelo pélvico tienen una relación muy estrecha, por lo que si te cuesta ir al baño, este post es para ti. ¿Sabías que el estreñimiento crónico es una de las principales causas de debilidad de suelo pélvico y que aproximadamente un tercio de la población la padece? 

¿Qué es el estreñimiento?

Se considera estreñimiento cuando:

  • El número de deposiciones es inferior a tres veces por semana
  • Presentamos dificultad excesiva para expulsar las heces.
  • Conseguimos evacuar mediante pujos o esfuerzos abdominales.
  • La defecación resulta molesta/dolorosa y además puede ir acompañada de sensación incompleta de vaciado. 

Las principales causas de este problema digestivo son: la falta de ejercicio, una dieta pobre en fibrano ingerir líquidos suficiente, y algunos malos hábitos como retener las ganas de defecar fuera de casa.

¿Por qué y cómo afecta al suelo pélvico?

En el estreñimiento, el recto deja de ser un simple conducto por donde pasan las heces a convertirse en una zona de almacenamiento. Este acúmulo de heces en la ampolla rectal provoca un cambio de consistencia de las mismas, volviéndose más duras y dificultando el momento de la evacuación. 

En el caso de que el estreñimiento se vuelve crónico, la ampolla rectal perderá el reflejo defecatorio (las ganas de ir al baño), disminuirá su capacidad contráctil y se modificará el ángulo ano rectal dificultando aún más la salida de las heces.  

Por ende, el aumento de peso (por el acúmulo de heces) que debe soportar el periné y el sobreestiramiento excesivo de nuestro suelo pélvico en el momento de la defecación debido a los grandes esfuerzos y pujos en apnea que realiza la persona estreñida para expulsar las heces, supone un factor de riesgo muy importante para la salud de nuestro periné pudiendo ocasionar patologías tan frecuentes como: incontinenciasrectocele (descenso del recto a través de la vagina) o incluso prolapso rectal (descenso del recto a través del ano).

Además no debemos olvidar que el estreñimiento genera síntomas como: dolor abdominal, de cabeza y espalda, hinchazón abdominal, falta de apetito, hemorroides, lesiones en la mucosa anal… Que afectan y mucho a nuestra calidad de vida.

¿Cómo podemos prevenir y tratar el estreñimiento?

Aumentar la actividad física, una dieta rica en fibra con un correcto aporte hídrico, terapias como la gimnasia abdominal hipopresiva y aprender posturas y hábitos correctos de defecación pueden ser de gran ayuda para solucionar la base del estreñimiento. 

Pero ya sabéis que es muy importante individualizar y estudiar a cada persona, por ello siempre recomendamos un enfoque multidisciplinar donde el nutricionista te guiará en la dieta que mejor se adapte a ti, el preparador físico te pautará los ejercicios más adecuados según tu estilo de vida y el fisioterapeuta te ayudará a mejorar las posibles secuelas que puedan existir como consecuencia del estreñimiento y mejorar las posturas y hábitos defecatorios para poder paliar el problema.

Este artículo ha sido escrito por Elena Valiente, fisioterapeuta diplomada por la Universidad Europea de Madrid especialista en Suelo Pélvico.